Adolfo Cayón, un librero en Torrelavega

ENTREVISTA ADOLFO L. CAYÓN GÓMEZ
EN LUGAR DE MESILLA DE NOCHE TENGO UNA PILA DE LIBROS
Se trata de una tipo valiente, de un tipo que transformó una pasión en su forma de vida, un tipo que decidió apostar por los libros, vivir entre ellos, entregarse a la literatura y hacerlo con todas las consecuencias. Justo en el noveno cumpleaños de su librería DLIBROS, Torrelavega Mentretiene habla largo y tendido con Adolfo Cayón Gómez, un librero distinto, un hombre afable, simpático, que destila bondad y cariño por su profesión y que intenta, desde su pequeño reducto de cultura, hacer de la ciudad donde vive un escaparate de la diversidad artística y literaria que en los últimos tiempos se ha visto subrogada al imperio de los best-sellers, la publicidad y la televisión. Será Adolfo uno de los últimos románticos de los libros que quedan en Torrelavega??

PREGUNTA.- Porque decides convertirte en librero en Torrelavega?
RESPUESTA.- Por amor a los libros, yo me dedicaba a la madera, pero hubo que cambiar la forma de vivir, era la ocasión, el ahora o nunca. Creo que fue por pura vocación y por amor a lo que me ha gustado siempre, la relación con los libros. Económicamente ahora no son buenos años; desde ese punto de vista, el económico quizá no fue un acierto, pero como forma de vida no lo cambio por nada.

P.- En DLIBROS haces presentaciones de libros, lecturas poéticas, exposiciones…es algo más que una librería?
R.- Desde un principio he querido hacer cosas nuevas, diferentes, nunca seguir la moda, ahora se lleva el outlet, pero la tendencia más innovadora antes era ofrecer cosas novedosas, distintas. Lo del outlet es un planteamiento diferente, quizá por necesidades distintas. A mí me gusta que la librería se haga a medias con el cliente, puedo ir más por libre porque ellos saben más que yo. A los que entran los vas conociendo y te ayudan a hacer una librería a medias, hay hasta guiños a todos esos clientes que me han ayudado a hacer un espacio diferente.

P.- Sueles hacer recomendaciones de libros a los clientes?
R.- Si me suelo atrever, pero con un tema de fondo por lo general me fio mucho de los clientes, como he dicho saben más que yo y cuando saben lo que quieren no me meto, si me piden algo concreto les puedo guiar pero ellos siempre tienen la última palabra.

P.- Que opinión te merece el libro electrónico?
R.- Son experiencias distintas, no estoy conforme con que a un procesador de texto se le llame libro, la RAE define perfectamente lo que es un libro y eso no lo es, cuando te pones delante de un libro electrónico le pides más, a un libro de los de siempre no. Creo que deben convivir, pero eso no convierte al libro electrónico en un libro. El tacto, el olor, el papel cálido, la forma de mirarlo…es como ver una foto en papel o en una pantalla, hay grandes diferencias. Cuando agarras un libro viejo siempre se abre por la parte más interesante, por ser la más leída, el libro transmite cada vez más a medida que pasa el tiempo. Pero no se puede negar el progreso, deben convivir los dos y que esa convivencia sea buena para ambos. Pero en esencia creo que no hay garantías de que el libro electrónico siga, estos inventos suelen nacer con una obsolescencia programada, durará menos que el papel; por ejemplo Umberto Eco reconoce que pese a no desdeñar la tecnología ha tenido que mantener todos sus ordenadores, porque en todos ellos tenía cosas interesantes pero cada poco tiempo los sistemas cambiaban y debía conservarlos todos para no perder parte de su material.

P.- Te desmotiva el bajo índice de lectura que mantiene España?
R.- Cantabria es la segunda cc.aa. donde más se lee por detrás de Madrid, pero en España en líneas generales no se lee, si nos queremos igualar a otros países debemos recorrer un largo camino, sin embargo es significativo que aquí editamos mucho.

P.- La especialización es el camino?
R.- No es que sea especialización, pero no puedo pretender vender sólo best-sellers, tengo metas diferentes y sobre todo tengo un mercado distinto que me es mucho más fiel, de ahí que pueda parecer que en algunos casos hay una especialización pero como dije antes quiero una librería a medias con el cliente y en muchos casos esto conduce a cierta dosis de especialización.

P.- En Torrelavega hay gente culta?
R.- Claro que sí, es simplemente una cuestión estadística, estamos en una cc.aa. culta y pequeña y esta es la segunda ciudad de esa comunidad, además una ciudad relativamente grande, quizá depende más de eso que de una tradición. Hace años por aquí venían Unamuno, Pepe Hierro, etc, Santander era un lugar de veraneo cultural y eso marca, ahora los estándares culturales están fuera de aquí, antes la sociedad era mucho más provinciana, ahora es mucho más complicado, ahora la gente que hace cosas interesantes se tiene que marchar, pero en Torrelavega hay de todo, pintores, escultores, escritores, directores de cine…. Fíjate, el otro día en la Cámara de Comercio hubo un homenaje y salían treintaitantos autores de Torrelavega y eso que faltaban algunos que editan fuera.

P.- Tu que lees?
R.- No sé si soy buen lector, siempre tengo dos o tres libros empezados que suelen ser de géneros distintos y que me apetece leer en momentos diferentes. A veces no llego a diferenciar realmente de que género se trata, si son novela, ensayo, biografía, etc. Ahora ya no sé si ha cambiado la forma de escribir, ahora es un ámbito mucho más abierto, casi todos los géneros están inventados pero ahora se es más arriesgado, un ejemplo claro es el último libro de Limónov, Enmanuel Carrére, que no es ni novela ni biografía ni ensayo, pero es todo a la vez, una verdadera delicia.

P.- los autores buscan ahora la transgresión para buscar la comercialidad?
R.- No creo, pero puede ser, es inevitable que se hagan libros que busquen el escándalo, pero suelen ser técnicas de marketing. Evidentemente hay una literatura comercial, pero cuando eres lector seleccionas tú mismo, el best-seller es un fenómeno industrial, no se si tiene mucho que ver con la literatura, pero que lo lea la gente no está mal, con tal de que lea, después te encuentras con sorpresas muy agradables como el último libro de Stefan Zweig , que va por la 17ª edición. Y es que una cosa son los libros que se hacen para los centros comerciales, que están diseñados para ello y otra las sorpresas. Los libros que se hacen innecesariamente acaban desapareciendo.

P.- Vendes libros a quien no lee?
R.- Intentas preguntar por sus intereses y adecuar una posible lectura. Mira yo tengo tres hijos que apenas leen y en cambio yo en lugar de mesilla de noche tengo un montón de libros. A veces me desespero un poco porque cuando no había internet uno ojeaba la biblioteca, ahora todo está en la red, es otra generación, es muy difícil competir con la cantidad de entretenimiento que los chavales tienen a su disposición, pero hay una fórmula que no falla…te llevas a un chaval a un lugar donde no haya nada salvo libros y seguro que termina leyendo (risas…).

P.- Tienes un libro o libros favoritos?
R.- Es muy difícil elegir, muchas veces sabes que te ha gustado algo pero recuerdas más las situaciones que vivías cuando leíste algo concreto y te marcó en una circunstancia particular de la vida. Recuerdo que lo primero que me impacto fue un lote de libros del Círculo de lectores, en ese lote venia “Las almas muertas” de Gogol, lo recuerdo como el primer libro que “se me cayó de las manos”, después llegaron Herman Hess, Kafka….a todos los lectores de mi generación nos marcó las ediciones de Alianza o Bruguera y sobre todo las portadas de Alianza, eran magnificas. Fui a estudiar a un internado a Madrid y jamás se me olvidará ir los domingo a pasear a la feria del libro para pasar los domingos y regresar al internado con un montón de bolsas cargadas de los catálogos de libros, descubrí muchas cosas distintas.

P.- otra de tus pasiones es la música…
R.- Para la música soy igual que para la lectura. Me encanta la música clásica y el jazz, no toco ningún instrumento, pero uno de mis hijos toca en una banda de rock duro y me está empezando a gustar. En la librería siempre tengo mi música puesta, pero me tengo que contener para no terminar dando la “brasa” a los clientes.

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